La crítica pragmática de Rebuild 3.0

La última crítica de la serie acerca de la penúltima película de Rebuild. Vamos a pensar en los elementos estructurales, lógicos, que hay en el filme y en su significancia para la serie de películas, que nos ha dejado hasta dentro de dos años sin respuesta alguna y sin ninguna pista. Todo ello, por otra parte, es común en el autor. Es evidente que esta crítica tendrá puntos en común con la negativa, pero intentaremos alejarla lo más posible.

La estructura de la película es la clásica de tres actos, el último desarrollado los últimos veinte minutos de película, los otros dos desarrollados en desigual espacio. Acaso es curioso pensar que, la segunda, pese a ser la parte más larga, es la más vacua de los tres. Antes de empezar con los personajes, vamos a aclarar una cosa: n esta edición, Asuka no es un personaje. Por manido que parezca, podemos concluir que se trata de la voz del autor; aparece solamente para indicar los fallos en la personalidad de Shinji; es una moralina con patas, algo que podemos remarcar sencillamente recordando sus diálogos: el primero con el protagonista, solo sirve para indicar su egoísmo; el segundo es peleando en el Eva, y solo tiene como objeto poner de relieve lo lamentable de la actitud de Shinji; el último, que no es un diálogo, es el monólogo que mantiene con un Ikari totalmente destrozado y arrepentido, inerme y sin espíritu. De esta forma, Asuka se convierte en un accesorio, sin ninguna característica propia.

Esto nos puede llevar a señalar uno de los fallos más obvios de la obra: la tesis está completamente separada de los que tienen que llevarla sobre sus hombros, estos son, los personajes. Por supuesto, esto está completamente conectado a varios hechos, los cuales se obvian en favor de remarcar la tesis, lo cual solo deja el andamiaje con un aspecto más endeble. Por ejemplo, en Rebuild 2.0 vimos cómo Kaworu detenía el tercer impacto; ahora, sin embargo, este se convierte en una catástrofe mundial; aparte, Misato y Mari, que animaron a Shinji a que pilotase el Eva, repentinamente se olvidan de que era un crío sujeto a la voluntad de ellos, los adultos, y lo alienan sin piedad ni asomo de madurez; Asuka, de 28 años, tampoco tiene en consideración que el chico tiene 14 años y acaba de levantarse de un coma sin avanzar ni un día desde la segunda mayor catástrofe de la historia. ¿Así se comporta un adulto de esa edad? Claro que dice que le guarda odio y rencor desde hace catorce años, pero aun así, ¿en serio, culpar a un niño de 14 años? 

Esto sirve para retratar mejor este mayúsculo error: es imposible que la tesis de la película, que sintetiza el propio título, pueda tener sentido si no se conecta con los personajes. Por una parte está el espíritu de la película, por otro sus intenciones, por otro la lógica que actúa sobre la acción de los personajes y por otro el guión. Las acciones de los personajes pueden ser ilógicas, estúpidas, ridículas, todo lo que se nos ocurra. Lo que no puede ser es que el espíritu del filme no se exprese correctamente a través de aquellos que viven la acción. No puede ser que por un lado haya un discurso, y por otro esto no pegue nada con las acciones de los personajes. Esto es un fallo de guión puro. En el teatro y en el cine, las obras pueden clasificarse de miles de maneras, y una de ellas es el guión. Una película es de guión cuando los actos, la construcción y los personajes encajan perfectamente. No hace falta poesía. A esto, por regla, se le suele llamar artesanía, por que es puro virtuosismo, pura técnica, no requiere de habilidades refinadas o superiores. Hay un solo autor en la historia, para que nos entendamos, que es un desastre en lo formal, pero que oblitera todo esto para llegar a la maestría, y es, casi, el mayor poeta de la historia, Shakespeare. A sí mismo se llamaba ignorante, y Borges lo denominó "divine amateur". Antes, hace años, en Kare Kano y en Evangelion, Anno tuvo poesía. Hoy no la ha tenido. Y esto rebaja la calidad de Rebuild 3.0 de forma brutal. Sin más.

Antes de cerrar la crítica, nos gustaría atajar algunas opiniones; sabemos que podría incluirse este artículo en la crítica negativa, pero nos gustaría recordar algo: el arte va más allá de la técnica. Este artículo quiere señalar el mayor error técnico de Rebuild, aunque hay más. Quiere explicar qué es lo que tumba el filme desde su base. Pero esto es como la música, ¿con qué parte del cuerpo se escucha la música, con la técnica? No, con las entrañas. La crítica formal debe estar aparte por que, cuando vemos un filme, cuando leemos un libro, cuando escuchamos algo, hay valores que pasan por encima de las simples formas. El problema que le encontramos Rebuild es que no tiene entrañas, sino ínfulas y vanidad; no hay esmero formal, sino pereza y autocomplacencia; hay, en definitiva, un instinto que señala a un autor adocenado, que ha perdido el insomnio del apasionado, y ha quedado en el feliz autoindulgente.